La manera en la cual nos comunicamos suele ser un gran punto de aprendizaje personal.
Cuando trabajamos en ello comienzan a tener luz aspectos que en el día a día pasan desapercibidos y la comunicación comienza a tener una dimensión mucho más amplia y profunda.
Somos Seres lingüísticos. Nos relacionamos a través del lenguaje.
El lenguaje puede abrirnos puertas o cerrarlas. Derribar muros o construirlos. Puede acercarnos o alejarnos de personas, aún de aquellas que amamos. Puede crear universos o desiertos.
Cuanto mayor sea la calidad de nuestra comunicación las relaciones que surjan a través de ella recibirán mayor amor, honestidad, confianza, empatía y se verán fortalecidas por nuestra contribución.
Entre las herramientas de utilidad para mejorar nuestra comunicación se encuentra la Comunicación No Violenta.
La CNV es una técnica desarrollada por Marshall B. Rosenberg.
La misma propone desde un lugar de consciencia, empatía y desde el corazón explorar en 4 pasos algún hecho conflictivo o cotidiano que genere malestar.
Los mismos son:
Paso 1 Observación.
Actos concretos que observamos que afectan nuestro bienestar.
Paso 2 Sentir
Cómo nos sentimos en relación con lo que observamos. Poder conectar con la emoción de fondo, tamizando los juicios que emitimos al respecto.
Paso 3 Necesidad
Determinar qué necesidades no satisfechas hay detrás que crean nuestro sentimiento
Paso 4 Pedido
Los actos concretos y específicos que queremos pedir a la otra persona para enriquecer nuestra experiencia.
Ejercitar la CNV permite un abordaje más empático del tema en cuestión obteniendo como resultado una nueva forma de comunicación más clara y honesta, conectando con las necesidades propias y del otro.
* "La CNV nos brinda orientaciones que nos permitirán reestructurar nuestra forma de expresarnos y de escuchar a los demás. En lugar de obedecer a reacciones habituales y automáticas, nuestras palabras se convertirán en respuestas conscientes con una base firme en lo que percibimos, sentimos y deseamos. Nos sentiremos impulsados a expresarnos con sinceridad y claridad y a prestar una atención respetuosa y empática a los demás. En nuestro trato con otras personas, tendremos en cuenta tanto nuestras necesidades más profundas como las ajenas. La CNV nos enseña a observar cuidadosamente y detectar conductas y situaciones que nos afectan. Con ella aprendemos a identificar y expresar con claridad lo que esperamos en concreto de una situación dada. El método es simple, pero su poder de transformación es extraordinario."
* texto extraído del libro Comunicación no Violenta, autor Marshall B. Rosenberg